Reserva con Tiempo

sábado, 25 de noviembre de 2017

Dulces de Tamarindo en Acapulco


Casi puedo asegurar que todos conocemos los deliciosos DULCES DE TAMARINDO que con facilidad se pueden encontrar en la paya o en los mercados de artesanías, no solo de Acapulco, sino de toda la República Mexicana.

Para los poqutititos que no los conozcan, déjenme platicarles que el TAMARINDO es la fruta de un árbol que crece con mucha facilidad en la zona del trópico, particularmente en México se desarrolla en el Estado de Guerrero,  así como en Chiapas, Colima, Jalisco, Oaxaca y Veracruz.

El tamarindo es un árbol de lento crecimiento, pero cuando se desarrolla sanamente llega a ser muy grande y alcanza altura de entre 24 y 30 metros, su sombra puede medir entre unos 12 y 15 metros, y el contorno de su tronco hasta unos 7 metros.

Es muy resistente al viento, sus ramas fuertes y flexibles, con una caída graciosa a los extremos, tiene una corteza color gris oscuro, áspera y fisurada. El follaje es de color verde brillante, fino y plumoso, que puede caerse parcialmente durante el verano. Sus flores de color rosado son pequeñas, de 5 pétalos, y de apenas unos 2 o 3 cm.

Los frutos son vainas aplanadas como de frijoles, irregulares, curvos y abultados, se producen en gran abundancia a lo largo de las ramas nuevas y por lo general su longitud varía de entre 5 a 18 cm, estas vainas pueden ser de color canela o gris-marrón externamente y, al principio, aparecen con la piel suave, llenas de una pulpa muy ácida, de color blanquecino, con las semillas poco desarrolladas. A medida que maduran, las vainas se van llenando con una pulpa acidulada algo jugosa, y el color se torna marrón o marrón rojizo con el cual se preparan muchas delicias.

El árbol de TAMARINDO forma parte importante de la economía del puerto, además de ser un alimento delicioso con grandes cualidades nutritivas, es muy aprovechable en diversas industrias, especialmente en la medicina, y como complemento de la producción de miel pues a las abejas les gusta mucho el néctar de sus flores. Apoyemos a los productores comprando sus productos.

En Acapulco es fácil conseguir el dulce en pequeños envoltorios de papel transparente, los que pueden ser azucarados, salados, o con chile de color rojo. Con el tamarindo dulce es posible preparar riquísimas aguas frescas, atoles, así como otras riquísimas bebidas y postres, también podemos comerlo a pellizcos, o untado en galletas o con pan como si fuera mermelada.

Lo mismo sucede con el tamarindo salado o chiloso, con el que además se pueden crear diversos guisados y espectaculares botanas que dejarán sorprendidos, tanto a su familia como a todos sus amigos.

¡Ah!, y no olvide que como regalito, un paquetito de Dulces de Tamarindo es algo que siempre se agradecerá.



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